viernes, 18 de septiembre de 2015

Pastel dos chocolates


 Con estas bajadas de temperatura tan buscas, que hemos tenido, me apetecía mucho hacer algo con chocolate, porque el horno he seguido encendiéndolo aun con temperaturas altas. Preparo muchas comidas al horno normalmente, a parte de la repostería. Y como el calor para mí no es un enemigo. Mono de horno, yo no he tenido mucho. 



Así que, se me ocurrió experimentar y hacer este pastel.  A mí me encanta el chocolate amargo y siempre me dicen que hago todo a mi gusto. Para la reunión a la que lo iba a llevar, sabía que había comensales, que lo prefieren menos amargo, le puse un poco de chocolate con leche pero... poco, para que no perdiera del todo el fuerte sabor del chocolate que a mí tanto me gusta. 

Cubrirlo con ganache o con un glaseado era un inconveniente porque tenía que transportarlo, no disponía ni de mucho espacio y pasarían unas cuantas horas hasta consumirlo. 

La solución fue ponerle las galletas por encima, algunas almendras para buscar distintos tonos de color y formar una costra crujiente para darle un toque diferente.  Esa costra la conseguimos con un buen azúcar moreno que no le aporta mucho dulzor pero si un suave sabor caramelizado y crujiente. Que os aseguro, que es una delicia y que guarda muy bien la humedad del bizcocho, ayuda a mantener la humedad  por más tiempo, aunque  no tendréis mucho tiempo para comprobarlo.  No durara nada.



Es importante cubrir bien la superficie libre con el azúcar porque eso hará que forme una costra crujiente, que le dará un toque muy especial a la hora de comerlo.

Yo en este caso, opte por un recipiente de aluminio de usar y tirar para el horneado que puse en el interior del molde y me sirvió para transportarlo. 



 Pastel dos chocolates


Ingredientes:

Para el bizcocho:
65 gr de harina de repostería.
3 huevos medianos.
85 g de mantequilla.
60 g de chocolate negro.
25 g de chocolate con leche
65 g de azúcar moreno.
8 g de levadura.

Para cubrir el bizcocho:
Azúcar moreno
Galletas oreo
Almendras

Elaboración:

Separamos las claras de las yemas.

Montamos las claras apunto de nieve, con la mitad del azúcar, reservamos. (Hasta conseguir un merengue bien firme)

Batimos las yemas junto con la otra mitad del azúcar hasta que esté bien disuelta y nuestra mezcla blanquee. Si fuera necesario podemos añadirle un poco de las claras montadas para hacer menos densa la mezcla.

Derretimos nuestro chocolate junto con la mantequilla en el microondas con cuidado, de no quemarlo.

Añadimos el chocolate tibio, a las yemas, mezclamos bien.

Tamizamos la harina junto con la levadura,  se lo añadimos a nuestra mezcla.

Incorporamos las claras montadas poco a poco, con movimientos envolventes.

Forramos un molde con papel vegetal. Ponemos nuestra masa en él.  Ponemos por encima las galletas troceadas y las almendras y el azúcar moreno en gran cantidad por toda la superficie.

Es importante cubrir bien la superficie libre con el azúcar porque eso hará que forme una costra crujiente que le dará un toque muy especial a la hora de comerlo.

Metemos al horno precalentado a 180º, durante  40 m. El tiempo variará según el horno así que tendréis que vigilarlo, y hacer la prueba con una brocheta para comprobar que esta cocido.

Los sacamos  del horno, dejamos templar en el molde.

Al día siguiente, estará aún más bueno y el sabor del chocolate, se intensifica por lo que podéis prepararlo el día anterior. 





domingo, 13 de septiembre de 2015

Pastas Noruegas


La semana pasada en el reto os presente un magnifico bollo noruego “Brunsviger”.  Me gusta mucho la repostería de este país ya que elaboran muchos de sus productos con masa y es una de las cosas que últimamente estoy perfeccionando, las masas es una gozada trabajarlas. Y sentirlas como van transformándose, hasta llegar al estado óptimo para cocinarlas. 



A demás del Brunsviger. Prepare estas pastas noruegas,  y alguna otra receta más, que iré publicando. Las tenía en lista de pendientes y no me conforme con una, no, hice varias.
Estas pastas son muy ricas para tomar con el café, de hecho  los noruegos las toman así.  Son grandes consumidores de café, por lo que estas pastas están presentes en todos los hogares y tiendas de dulces así como en cafeterías.


Lo normal es encontrarlas con almendras laminadas por encina, o sin nada simplemente con unas marcas o grabado en la superficie.

 La almendra le da un toque muy sutil, aunque cualquier otro fruto seco o fruta le quedaría muy bien según mi criterio. 

Es una masa muy arenosa que se desmiga con facilidad, por lo que hay que trabajarla y dejarla enfriar, para que tome consistencia antes de hornear. Y después, tratarlas con cuidado hasta que estén bien frías. Si no queremos que se rompan.
 La clara en la superficie le aporta brillo y forma una pequeña capa crujiente, que me ha gustado mucho.

Yo diría que el punto perfecto para degustarlas, es a las 48 h de haberlas horneado están perfectas, ganan en sabor y el reposo hace que la masa sea más delicada y menos arenosa, con el grado de humedad idóneo para mi gusto. Un punto perfecto para degustarlas con un buen café caliente.


He intentado prepararla según la receta original, lo único que he cambiado, ha sido la cobertura de la superficie que solo le he puesto clara. 
Una almendra central por las láminas de almendras.
Le añadí una cucharada de leche, para poder terminar la masa y le puse una pizca de sal.
Pequeñas cosas, para conseguir un resultado a mi gusto y al de los míos.
Vosotros podéis hacerlo como mejor os venga.


Pastas Noruegas

 Ingredientes:

300 g de harina
1 yema cocida
1 yema cruda
150 g de mantequilla punto pomada
70 g de azúcar
Una pizca de sal.

Elaboración:

 En el bol de la amasadora ponemos la harina tamizada en forma de volcán, y en el hueco ponemos la yema cruda, la cocida desmenuzada, el azúcar y la mantequilla.
Dejamos que el gancho de la amasadora unifique todos los ingredientes, hasta formar una masa.

Esta masa me dio en principio problemas porque quedo muy seca y arenosa y no se unificaba, pudo ser por la sequedad del ambiente o quizás por el grado de humedad de la harina.

Me quedo una masa muy terrosa que no se unía así que después de intentar el amasado a mano y no conseguí unirlo, le añadí una cucharada sopera de leche y así conseguí que se unificara todo. 

Formar una bola con la masa y envolverlo en papel film.
Dejar en la nevera para que tome consistencia unas dos horas mínimo. Yo la deje todo un día.

Estiramos la masa con la ayuda del rodillo y entre papel de horno para que no se pegue.
La dejamos de 1/2 cm de grosor. Cortamos con el cortapastas, utilice el de la forma tradicional de estas galletas que es redonda con ondas  y uno de corazones con ondas. No os compliquéis mucho con la forma, hacerlo sencillo. La masa se trabaja mal y se os romperá. 

Forramos la bandeja del horno con papel vegetal,  ponemos nuestras galletas y llevamos de nuevo a la nevera para que cojan más consistencia.

Mientras calentamos el horno a 170º 

En unas le puse una almendra entera y en las de corazón les hice unas perforaciones al rededor para que quedaran más bonitas y no fueran lisas.

Antes de meter al horno les pinte con la clara que me quedo del huevo que utilice para obtener la yema cruda.



En 10 m estaban doradas, al sacar del horno las dejáis templar en la bandeja y después con cuidado las pasamos a una rejilla para que se enfríen. (Son frágiles)
Una vez frías, se pueden guardar en una lata o recipiente de cristal hermético. Yo las pongo bajo una campana de cristal, al menos un par de días. 


Recién hechas están buenas, pero el mejor punto para mí, lo cogen a las 48 horas. Así que ya sabéis que podréis prepararlas con antelación y estarán deliciosas, son ideales para tomar con el café