martes, 26 de noviembre de 2019

Galletas árabes de Almendra






Estas  sencillas galletas árabes, son una delicia, su ingrediente principal es la almendra, junto con el toque del agua de azahar, lo convierten en un dulce muy de estas fechas. En casa se consumen desde hace muchos años, en sustitución del mazapán. Para mi gusto es más ligero y menos pesado porque lleva menos azúcar. Y el sabor es prácticamente el mismo.
 
Me encanta la repostería árabe, es una repostería muy sana, utiliza sencillos ingredientes, que se transforman en deliciosos bocados, gracias a la habilidad de las manos que los elaboran.

Los orígenes de los dulces y postres  árabes se remontan a tiempos muy antiguos, cuando las poblaciones nómadas se fueron asentando a lo largo y ancho del Medio Oriente, Oriente Próximo y otras regiones del mundo árabe, dando paso así a una fusión de costumbres y técnicas culinarias, combinadas con especias, esencias e ingredientes autóctonos.


Entre esos ingredientes resaltan los dátiles, los higos, los frutos secos (pistachos, almendras, nueces y maníes); las especias (canela, vainilla, nuez moscada); y principalmente la miel, la cual fue utilizada como conservante y como endulzante natural desde mucho antes del descubrimiento del azúcar.

Esta confluencia cultural dio como resultado exquisitos dulces con formas, aromas y decorados suntuosos; que representan los sabores de los distintos países árabes, como Marruecos, Turquía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Líbano, entre otros.




Galletas árabes de Almendra
 


Ingredientes:

150 gr de almendra.
1 Huevo grande
80 gr de azúcar
10 gr de azúcar vainillado
7 gr de levadura de repostería
70 gr de harina
Una cucharada de agua de azahar
Azúcar glas

Elaboración:

Ponemos a calentar el horno a 180º

Molemos las almendras o bien podemos comprarlas ya molidas a mí me gusta molerlas en el momento de utilizarlas, como os venga mejor.

Mezclamos los ingredientes secos la almendra molida, el azúcar, la harina y la levadura.

Batimos el huevo, añadimos el agua de azahar.

Mezclamos los ingredientes secos con los líquidos, nos quedara una masa un poco pegajosa.

Con unas cucharas formamos pequeñas bolitas, yo las hago de 15 gr aproximadamente para que me salgan iguales y no muy grandes, podéis hacerlas del tamaño que queráis. Lo importante es que sean iguales para que se cocinen todas en el mismo tiempo.

Rebozáis las bolitas en el azúcar glas y colocáis en una bandeja del horno, sobre papel de hornear.


Dejando espacio entre ellas, se extiende un poco.

Si hacéis bolitas de 15 gr, en justo 10 m las tendréis hechas, pero como siempre va depender del horno, así que tendréis que vigilarlas, cuando veáis que se cuartean, cogen un suave color dorado y se inunda la cocina de un aroma casi hipnotizador será el momento de sacarlas del horno.


Dejáis unos minutos en la bandeja que pierdan calor porque están un poco blanditas y podrían romperse, luego a una rejilla, dejamos enfriar y después… a disfrutarlas.



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