Buenos días!!!!
10 de septiembre, doce de la mañana es el momento de publicar el reto #reposterasporeuropa que organiza Pili de Tothom a la cuina.
El mes de agosto no hubo publicaciones, y a mi ese descanso me vino muy bien. Aunque no tuvimos retos durante ese mes. Estuve preparando y practicando muchas cosas nuevas que os iré poniendo poco a poco. Tengo muchas recetas por publicar, pero no me da tiempo a escribirlas, preparar fotos, etc…. Así que iré poco a poco.
He de deciros que me gustó mucho la propuesta de viajar a noruega que eligió Mº José de Sucreries Passions.
Me encanta la repostería y gastronomía de este país. Le tengo en la lista de pendientes de mis viajes. Así que lo tuve fácil, tenía en la lista de pendientes bastantes recetas. He elegido esta para publicar, aunque he hecho algunas más.
Ya iré poniéndolas, todas quedaron buenísimas.
Este bollo
esta de muerte, es delicioso y no quería dejar pasar la ocasión para
compartirlo con todos vosotros. Es muy fácil de preparar y aunque la masa es un
poco pegajosa en unos minutos y sin añadirle más harina, la tendréis dominada,
queda lisa y preciosa. Además tenéis que probarla en crudo tiene una textura
muy suave con sabor fino y delicado poco dulce… ¡¡Buenísima!! Cuando la probé
sabría que el resultado me iba a gustar. ¡Ya lo creo que me gusto! Recuerdo su
sabor y se me hace la boca agua.
Lo que no me acabo de convencer, fue el glaseado que tenía que ponerle por encima de la masa antes del horneado. A base de mantequilla y azúcar. Lo prepare dos veces porque no me convencía ni el aspecto ni el sabor y al final decidí tirarlo y acabarlo a mi manera. Me pareció una graseza innecesaria para terminar encima de esa deliciosa masa.
Me pare, pensé, y decidí... ponerle azúcar por encima y pintar con una brocha con mantequilla derretida, para mojar el azúcar y la masa pero ni mucho menos tal cantidad de mantequilla que incorpora el glaseado.
Yo os dejo puesto la versión original, y la mía también. Cada cual, que se quede con la que más le guste. O como diría mi abuela: ¡¡Con la que más rabia te dé... jejejeje!!
El bollo es delicioso, de verdad súper esponjosa, muy blandito. “Exquisito”
En mi casa duro apenas dos días y eso que el tamaño era considerable. Incluso preparando la mitad de los ingredientes os saldrá un bollo muy hermoso.
No podría deciros cuanto os durara sin ponerse duro pero si lo tapáis bien creo que hasta 4 o 5 día. Aunque estoy segura que no tendréis tiempo para comprobarlo desaparecerá antes.
Una vez más, decir que ha sido todo un placer participar en este reto, con el que tanto aprendo y esas maravillosas recetas de mis compañeros, que me encanta leer una a una, aunque a veces tardo en hacerlo por falta de tiempo. Y desde aquí os invito a que paséis por allí, seguro que encontráis muchas recetas que os gustaran y que podéis preparar en alguna ocasión para sorprender a vuestros comensales o para daros un capricho. Por qué no, que nos lo merecemos.
Vamos con la receta.
Brunsviger
250 ml leche templada
9 g levadura seca de pan
2 huevos
75g mantequilla sin sal derretida
500 g de harina
50 g cucharadas de azúcar
5 g pizca de sal
Glaseado:
Según la receta:
125 g de azúcar moreno
125 g de mantequilla
Mi versión:
Azúcar moreno para poner por encima
Mantequilla derretida para cubrir toda la masa
Elaboración:
En el bol de la amasadora echar la leche templada la levadura los huevos y la mantequilla derretida, pero no caliente. Batir hasta que esté todo bien integrado.
Añadimos los ingredientes secos poco a poco y a velocidad lenta. La harina, el azúcar y la sal. Mezclar todo hasta conseguir una masa elástica. Podemos haberlo manualmente o con el gancho en la amasadora.
Es una masa un poco pegajosa, pero no necesita más harina, en unos minutos la tendréis fina y elástica y no se pegara a los dedos aunque queda muy blandita.
Hacer una bola, dejarla en un bol engrasado y tapado con un paño por una hora o el tiempo necesario para que doble su volumen
Preparamos la bandeja donde vayamos a hornearlo, cubrimos con papel de horno y ponemos nuestra bola sobre ella y estiramos con cuidado y con las manos hasta extenderla por completo. Evitar presionar con brusquedad, poco a poco la masa se irá extendiendo y ocupando la bandeja.
Una vez extendida la tapamos con el paño y la dejamos reposar de nuevo hasta duplicar su altura, dándole el tiempo que sea necesario, para alcanzar este punto.
Cuando la masa haya llevado, introducimos el dedo y formamos agujeros por toda la superficie.
Después de intentarlo por dos veces fue a la basura. Ni me gusto como quedo ni el sabor pura grasa, lo vi innecesario ya que me estropearía la masa que estaba ya deliciosa antes de hornearla.
Así una vez más cambie la receta, poniéndole azúcar moreno por encima rellenando los huecos y pintando por encima con una brocha con mantequilla derretida, solo lo necesario.
Horno 200º precalentado. Durante apenas 20 m estaba dorado y con un aroma que recorría toda la casa. Pero comprobar porque cada uno conoce su horno y puede que necesite 5 m más.
Saque del horno y lo
deje enfriar. Para no tener tentaciones de probarlo, aproveche y me fui al
gimnasio para después recupera las calorías perdidas saboreando este exquisito
bollo... con menos cargo de conciencia.