domingo, 13 de septiembre de 2015

Pastas Noruegas


La semana pasada en el reto os presente un magnifico bollo noruego “Brunsviger”.  Me gusta mucho la repostería de este país ya que elaboran muchos de sus productos con masa y es una de las cosas que últimamente estoy perfeccionando, las masas es una gozada trabajarlas. Y sentirlas como van transformándose, hasta llegar al estado óptimo para cocinarlas. 



A demás del Brunsviger. Prepare estas pastas noruegas,  y alguna otra receta más, que iré publicando. Las tenía en lista de pendientes y no me conforme con una, no, hice varias.
Estas pastas son muy ricas para tomar con el café, de hecho  los noruegos las toman así.  Son grandes consumidores de café, por lo que estas pastas están presentes en todos los hogares y tiendas de dulces así como en cafeterías.


Lo normal es encontrarlas con almendras laminadas por encina, o sin nada simplemente con unas marcas o grabado en la superficie.

 La almendra le da un toque muy sutil, aunque cualquier otro fruto seco o fruta le quedaría muy bien según mi criterio. 

Es una masa muy arenosa que se desmiga con facilidad, por lo que hay que trabajarla y dejarla enfriar, para que tome consistencia antes de hornear. Y después, tratarlas con cuidado hasta que estén bien frías. Si no queremos que se rompan.
 La clara en la superficie le aporta brillo y forma una pequeña capa crujiente, que me ha gustado mucho.

Yo diría que el punto perfecto para degustarlas, es a las 48 h de haberlas horneado están perfectas, ganan en sabor y el reposo hace que la masa sea más delicada y menos arenosa, con el grado de humedad idóneo para mi gusto. Un punto perfecto para degustarlas con un buen café caliente.


He intentado prepararla según la receta original, lo único que he cambiado, ha sido la cobertura de la superficie que solo le he puesto clara. 
Una almendra central por las láminas de almendras.
Le añadí una cucharada de leche, para poder terminar la masa y le puse una pizca de sal.
Pequeñas cosas, para conseguir un resultado a mi gusto y al de los míos.
Vosotros podéis hacerlo como mejor os venga.


Pastas Noruegas

 Ingredientes:

300 g de harina
1 yema cocida
1 yema cruda
150 g de mantequilla punto pomada
70 g de azúcar
Una pizca de sal.

Elaboración:

 En el bol de la amasadora ponemos la harina tamizada en forma de volcán, y en el hueco ponemos la yema cruda, la cocida desmenuzada, el azúcar y la mantequilla.
Dejamos que el gancho de la amasadora unifique todos los ingredientes, hasta formar una masa.

Esta masa me dio en principio problemas porque quedo muy seca y arenosa y no se unificaba, pudo ser por la sequedad del ambiente o quizás por el grado de humedad de la harina.

Me quedo una masa muy terrosa que no se unía así que después de intentar el amasado a mano y no conseguí unirlo, le añadí una cucharada sopera de leche y así conseguí que se unificara todo. 

Formar una bola con la masa y envolverlo en papel film.
Dejar en la nevera para que tome consistencia unas dos horas mínimo. Yo la deje todo un día.

Estiramos la masa con la ayuda del rodillo y entre papel de horno para que no se pegue.
La dejamos de 1/2 cm de grosor. Cortamos con el cortapastas, utilice el de la forma tradicional de estas galletas que es redonda con ondas  y uno de corazones con ondas. No os compliquéis mucho con la forma, hacerlo sencillo. La masa se trabaja mal y se os romperá. 

Forramos la bandeja del horno con papel vegetal,  ponemos nuestras galletas y llevamos de nuevo a la nevera para que cojan más consistencia.

Mientras calentamos el horno a 170º 

En unas le puse una almendra entera y en las de corazón les hice unas perforaciones al rededor para que quedaran más bonitas y no fueran lisas.

Antes de meter al horno les pinte con la clara que me quedo del huevo que utilice para obtener la yema cruda.



En 10 m estaban doradas, al sacar del horno las dejáis templar en la bandeja y después con cuidado las pasamos a una rejilla para que se enfríen. (Son frágiles)
Una vez frías, se pueden guardar en una lata o recipiente de cristal hermético. Yo las pongo bajo una campana de cristal, al menos un par de días. 


Recién hechas están buenas, pero el mejor punto para mí, lo cogen a las 48 horas. Así que ya sabéis que podréis prepararlas con antelación y estarán deliciosas, son ideales para tomar con el café





jueves, 10 de septiembre de 2015

Brunsviger






Buenos días!!!!
10 de septiembre, doce de la mañana es el momento de publicar el reto #reposterasporeuropa que organiza Pili de Tothom a la cuina.
El mes de agosto no hubo publicaciones, y a mi ese descanso me vino muy bien. Aunque no tuvimos retos durante ese mes. Estuve preparando y practicando  muchas cosas nuevas que os iré poniendo poco a poco. Tengo muchas recetas  por publicar, pero no me da tiempo a escribirlas, preparar fotos, etc…. Así que iré poco a poco.






He de deciros que me gustó mucho la propuesta de viajar a noruega que eligió Mº José de Sucreries Passions
 Me encanta la repostería y gastronomía de este país. Le tengo en la lista de pendientes de mis viajes. Así que lo tuve fácil, tenía en la lista de pendientes bastantes recetas. He elegido esta para publicar, aunque he hecho algunas más.
Ya iré poniéndolas, todas quedaron buenísimas.






Este bollo esta de muerte, es delicioso y no quería dejar pasar la ocasión para compartirlo con todos vosotros. Es muy fácil de preparar y aunque la masa es un poco pegajosa en unos minutos y sin añadirle más harina, la tendréis dominada, queda lisa y preciosa. Además tenéis que probarla en crudo tiene una textura muy suave con sabor fino y delicado poco dulce… ¡¡Buenísima!! Cuando la probé sabría que el resultado me iba a gustar. ¡Ya lo creo que me gusto! Recuerdo su sabor y se me hace la boca agua.






Lo que no me acabo de convencer, fue el glaseado que tenía que ponerle por encima de la masa antes del horneado. A base de mantequilla y azúcar. Lo prepare dos veces  porque no me convencía ni el aspecto ni el sabor y al final decidí tirarlo y acabarlo a mi manera. Me pareció una graseza innecesaria para terminar encima de esa deliciosa masa. 
Me pare, pensé, y decidí... ponerle azúcar por encima y pintar con una brocha  con mantequilla derretida, para mojar el azúcar y la masa pero ni mucho menos tal cantidad de mantequilla que incorpora el glaseado.





Yo os dejo puesto la versión original,  y la mía también.  Cada cual, que se quede con la que más le guste. O como diría mi abuela: ¡¡Con la que más rabia te dé... jejejeje!!

El bollo es delicioso, de verdad súper esponjosa, muy blandito. “Exquisito”
En mi casa duro apenas dos días y eso que el tamaño era considerable. Incluso preparando la mitad de los ingredientes os saldrá un bollo muy hermoso.
No podría deciros cuanto os durara sin ponerse duro pero si lo tapáis bien creo que hasta 4 o 5 día. Aunque estoy segura que no tendréis tiempo para comprobarlo desaparecerá antes.





Una vez más, decir que ha sido todo un placer participar en este reto, con el que tanto aprendo y esas maravillosas recetas de mis compañeros, que me encanta leer una a una, aunque a veces tardo en hacerlo por falta de tiempo. Y desde aquí os invito a que paséis por allí, seguro que encontráis muchas recetas que os gustaran y que podéis preparar en alguna ocasión para sorprender a vuestros comensales o para daros un capricho. Por qué no, que nos lo merecemos.
Vamos con la receta.



Brunsviger

Ingredientes: 

250 ml leche templada
9 g levadura seca de pan
2 huevos
75g mantequilla sin sal derretida
500 g de harina
50 g cucharadas de azúcar
5 g pizca de sal







Glaseado: 
Según la receta:
125 g de azúcar moreno
125 g de mantequilla
Mi versión:
Azúcar moreno  para poner por encima
Mantequilla derretida para cubrir toda la masa

Elaboración:

En el bol de la amasadora echar la leche templada la levadura los huevos y la mantequilla derretida, pero no caliente. Batir hasta que esté todo bien integrado.


Añadimos los ingredientes secos poco a poco y a velocidad lenta. La harina, el azúcar y la sal. Mezclar todo hasta conseguir una masa elástica. Podemos haberlo manualmente o con el gancho en la amasadora. 

Es una masa un poco pegajosa, pero no necesita más harina, en unos minutos la tendréis fina y elástica y no se pegara a los dedos aunque queda muy blandita.



 



Hacer una bola, dejarla en un bol engrasado y tapado con un paño por una hora o el tiempo necesario para que doble su volumen

Preparamos la bandeja donde vayamos a hornearlo, cubrimos con papel de horno y ponemos nuestra bola sobre ella y estiramos con cuidado y con las manos hasta extenderla por completo. Evitar presionar con brusquedad, poco a poco la masa se irá extendiendo y ocupando la bandeja.





Una vez extendida la tapamos con el paño y la dejamos reposar de nuevo hasta duplicar su altura,  dándole el tiempo que sea necesario, para alcanzar este punto.

Cuando la masa haya llevado, introducimos el dedo y formamos agujeros por toda la superficie.







Después de intentarlo por dos veces fue a la basura. Ni me gusto como quedo ni el sabor pura grasa,  lo vi innecesario ya que me estropearía la masa que estaba ya deliciosa antes de hornearla.

Así una vez más cambie la receta, poniéndole azúcar moreno por encima rellenando los huecos y pintando por encima con una brocha  con mantequilla derretida, solo lo necesario.

Horno 200º precalentado. Durante apenas 20 m estaba dorado y con un aroma que recorría toda la casa. Pero comprobar porque cada uno conoce su horno y puede que necesite 5 m más.







Saque del horno y lo deje enfriar. Para no tener tentaciones de probarlo, aproveche y me fui al gimnasio para después recupera las calorías perdidas saboreando este exquisito bollo... con menos cargo de conciencia.