Me apetecía preparar un postre diferente para el fin de semana. Fruta y queso como ingredientes principales.
Me di cuenta que no tenía nada de este tipo publicado y me puse a ello. El resultado fue mejor de lo que me esperaba, gusto muchísimo, conseguí mis objetivos rico y bonito, para presentar en la mesa.
Hice un pequeño truco durante el horneado para que me quedara un hueco en medio, no sé si fue por casualidad pero… conseguí lo que quería.
Cuando la tarta estaba cocida a los 30 m, abrí el horno para que el levado que había hecho se viniera un poco abajo, al perder temperatura y me dejara esa forma hueca en el medio. Después de pasados 45 m apague el horno y lo deje dentro para que perdiera temperatura. Unos 40m después saque, deje enfriar por completo y metí a la nevera sin desmoldar, bien tapada con papel film.
Es como la tarta new york cheesecake, lo único que yo cambio el queso crema por mascarpone. A mí personalmente me gusta mucho más en este tipo de tartas. (El sabor)
Con estos ingredientes podemos preparar una tarta grande de 20-24 cm, o dos pequeñas como yo hice. Quería darles acabados totalmente diferentes, aunque por circunstancias solo pude acabar una, la otra nos la comimos tal cual quedo después de sacarla del horno y reposar una noche en la nevera.
Tarta de mascarpone y fruta
Ingredientes: (Para dos tartas pequeñas o una grande)
500 g de queso mascarpone
200 g de nata para montar
1 yogur griego
160 g de azúcar
3 huevos M
3 cucharadas soperas de maizena
La ralladura de un limón
Vainilla molida (o una cucharadita de vainilla en pasta)
300 g de galleta digestive
150 g de mantequilla.
50 g de chocolate negro.
1 sobre de gelatina neutra.
Frutas al gusto, yo puse un fondo de plátano, fresas, Kiwi cerezas confitadas y coco deshidratado.
Para adornar corazones de chocolate negro.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 170º
Trituramos las galletas, mezclamos con la mantequilla punto pomada, hasta conseguir una pasta manejable.
Cubrimos el fondo de nuestro molde con papel vegetal y extendemos las masa de galletas, dejando bien cubierta la base, apretamos con un vaso para que quede bien compacta.
Metemos al horno solo 5 minutas y sacamos y dejamos enfriar mientras preparamos nuestra masa de relleno.
Batimos el queso mascarpone con el azúcar, hasta que se integre.
Le añadimos el yogur y la nata, a continuación los huevos de uno en uno hasta que estén bien incorporados.
Le añadimos la ralladura de limón, la vainilla ya sea molida o en pasta, mezclamos.
Por último, de una en una, las cucharadas de maicena.
Vertemos nuestra mezcla en el molde y llevamos al horno durante 45 minutos, si queréis que se forme el hueco como en la mía, abrimos unos segundos la puerta del horno cuando la tarta está muy levada. Lo hice a los 30 m aproximadamente. pero... cada horno es cada horno así que tendréis que dejaros llevar por vuestra intuición.
Después de pasados los 45 m apagamos el horno y dejamos dentro al menos otros 40 m más. Para que pierda temperatura dentro y acabe de cuajar.
Sacamos del horno dejamos enfriar por completo a temperatura ambiente, después dejamos durante toda la noche en la nevera y dentro del molde.
Al día siguiente desmoldamos. Estará lista para comer, tal cual. También podemos enriquecerla añadiéndole frutas, mermelada, crema, chocolate…
Derretimos el chocolate y ponemos una fina capa en el hueco de la tarta. Con lo que nos sobra hacemos corazones si tenéis molde o lo que más os guste. (Estos corazones, los venden también hechos. No tiréis los moldes donde viene porque podréis utilizarlos tantas veces como queráis y con el tipo de chocolate que más os guste)
Metemos por unos minutos a la nevera para que endurezca.
Mientras tanto, preparáis un sobre de gelatina neutra (siguiendo las instrucciones del fabricante) para bañar las frutas, para evitar que se oxiden y se conservan frescas y brillantes.
Primero le puse una capa de rodajas de plátano. Después, trozos de kiwi y fresas, un toque crujiente con unas láminas de coco deshidratado que le dieron un toque divertido, con los corazones de chocolate.