Desde siempre se han asociado con el Australian and New Zeland Army Corps (Ejército de Australia y Nueva Zelanda que se creó durante la Primera Guerra Mundial), cuyas siglas dan nombre a la galleta.
Aunque yo me las encontré mucho más cerca en el blog Mi mundo dulce de Tara Blanco . (Buscando recetas para el día H.)
Una receta sencilla pero deliciosa y lo mejor, es que yo podía comerlas. ¡Si podía incluirlas en la dieta! Así que, no lo dude ni un instante.
Cuenta la leyenda que las mujeres de los soldados destinados al extranjero enviaban estas galletas a sus maridos, ya que gracias a sus ingredientes se conservaban durante mucho tiempo y resistían las condiciones del transporte naval. La receta original de esta galleta consta de copos de avena, harina, coco rallado, azúcar, mantequilla, sirope dorado, bicarbonato de sodio y agua hirviendo. Una de las peculiaridades que la caracterizan y que ayuda a que se conserven tanto tiempo es que no lleva huevos.
El resultado de estas galletas es increíble, quedan crujientes y riquísimas. No podía imaginarme que quedaran tan ricas. En casa han sido todo un éxito. Quedan incluidas oficialmente, en las recetas de diario. Son ideales para el desayuno y también un bocado exquisito para la merienda, acompañadas de un buen te.
Prepare la mitad de los ingredientes porque ese diía elabore tres recetas e unas 4 h. A ver quién se comía todo en el fin de semana, y como la tentación es grande, aunque yo tengo mucha fuerza de voluntad, decidí compartirlo menos estas galletas. Que solo las di a probar el resto me las guarde y me las he ido comiendo a lo largo de la semana.
Y no sé yo si se evaporan, ¡¡ Alguna mano que se mete en mi lata de galletas, o soy sonámbula y me levanto por las noches!! :)
Son fáciles y rápidas de preparar. Al ver la masa me asuste un poco, porque me costaba formar las bolitas. Pero… Me di cuenta que el calor que aún conservaba la masa era el culpable. Lo metí por unos minutos en el congelador y… ¡¡Problema resuelto!!
No quería prepara galletas muy grandes, hice pequeñas bolitas que coloque en una capsula de papel en el molde de hornear muffins y quedaron perfectas. Todas igualitas y con un color dorado precioso.
Aguantan perfectamente, si las conserváis en un recipiente bien tapado. Aviso, no lo pongáis muy a la vista porque os aseguro que picareis y os las comeréis como pipas. Son muy ricas. Y Súper adictas.
Yo os voy a poner la receta según la saque del blog de Tara. Os recuerdo que hice la mitad de los ingredientes y me salieron 16 galletas.
Anzac biscuits
Ingredientes:
150 gr de mantequilla
2 cucharadas soperas de agua
1 cucharadita de bicarbonato
150 gr de harina
100 gr de coco rallado
100 gr de copos de avena (Los puse integrales)
90 gr de azúcar moreno
2 cucharadas de Golden Syrup ( se puede sustituir,
por jarabe de arce o miel)
Elaboración:
Ponemos en un bol los ingredientes secos y
mezclamos bien.
(Harina, coco, avena, azúcar)
En un bol ponemos la mantequilla, el Golden Syrup,
las dos cucharadas de agua llevamos al microondas en intervalos cortos, hasta
que se derrita la mantequilla y se mezclen todos los ingredientes, removemos cada
vez que lo sacamos. Una vez disuelto y con la mezcla caliente le ponemos el
bicarbonato.
Empezara a burbujear, removemos y lo incorporamos a
los ingredientes secos. Mezclamos bien.
Dejamos reposar para que pierda calor. Y la
mantequilla vuelva acoger consistencia sólida.
Como no disponía
de tiempo, lo lleve por apenas 5 minutos al congelador.
Formamos pequeñas bolitas, o grandes dependiendo
del tamaño que queramos. Lo mejor es pesarlas para que sean todas iguales.
No puedo deciros cuanto pesaban las mías , ya que
se me acabo la pila de la báscula y las hice a ojo.
Ponemos las bolitas sobre una bandeja de horno
dejando espacio entre ellas, se extenderán
y perderán la forma de bola.
Horno precalentado 160º en unos 12 m las tenía listas, con un aroma
que inundaba la cocina, solo de pensarlo… se me hace la boca agua.
¡Espero que os gusten y las disfrutéis!