martes, 25 de abril de 2017

Recopilatorio de recetas Albania

Este mes llegamos a Albania. Destino escogido por





Albania, formalmente República de Albania, es un país situado en el sureste de Europa. Limita con Montenegro al noroeste, con Kosovo al noreste, con la República de Macedonia al este y con Grecia por el sur y el sureste. Posee una línea de costa en dos mares: el Adriático y el Jónico.

El idioma oficial de Albania es el albanés.

Albania es un país muy montañoso, con alturas medias de más de mil metros. Tiene pocas tierras bajas y representan solo el 15% del territorio del país: estas tierras bajas se sitúan en la llanura litoral y con valles estrechos.

Tiene aproximadamente unos 450 km de costas. La costa adriática situada al norte. Y La costa del mar Jónico (es recortada y salpicada por golfos y cabos debido a la cercanía de las montañas). A esta zona costera se le conoce como la Riviera albanesa.
Los ríos albaneses son cortos y caudalosos porque llueve bastante. También tiene muchos  lagos, que se encuentran mayoritariamente en las zonas fronterizas.  

 Albania hay variedad de climas templados. En las zonas costeras de los mares Adriático y Jónico se da un clima mediterráneo. Las zonas montañosas mayoritarias en el país tienen un clima continental con menos temperaturas y abundantes lluvias. Las bajas temperaturas que se dan en el interior de Albania son causadas por la masa de aire continental que domina toda la Europa Oriental y los Balcanes.

La agricultura sigue siendo el principal sector económico, empleando al 58% de su población activa y es la más clara muestra de su retraso económico. Sus principales producciones son: maíz, trigo, vid y la remolacha. En la ganadería cabe destacar su producción ovina y caprina.

Tirana es la capital y mayor ciudad del país.  Es el centro de la actividad cultural, económica y gubernamental de Albania.


La gastronomía: muchos de sus platos, están influenciados por la cocina de los Balcanes y del mediterráneo. La comida principal para los albanos es el almuerzo, que salen acompañarlo de ensaladas (Tomate, pepinos, olivas…)

Es una cocina que ha recibido influencias de las costumbres culinarias de la región de los Balcanes, pero también posee platos propios.

El plato típico es el Fërgëse, consistente en un guiso caliente con ternera, huevos, perejil y queso y servido en cazuela de barro.

 

La carne de cordero o de cabrito es el ingrediente principal de muchos sabrosos platos. Así como carne de ternera, de cerdo o de pollo.
En Albania hay mucha variedad de pescado, (De mar y de rio) existen restaurantes pescadería, eliges el pescado, que quieres, lo pesan y lo cocinan a la brasa o al horno.
Un ingrediente casi imprescindible en la cocina albanesa (como en la griega) es el yogur.

La cerveza es la protagonista de  las bebidas, sea de producción local sea de importación. Vinos tintos  y blancos.

Pero la bebida alcohólica típica de Albania es el raki: Otras bebidas alcohólicas típicas son el konjac (un coñac), el uzo (un licor de anís al igual que el ouzo griego) y licores de frutas.

En cuanto a la repostería, es abundante el uso de la miel como en Turquía y Grecia. En muchos casos, los nombres de los dulces se quedan directamente iguales, como por ejemplo acaece con el baklava, un postre de hojaldre muy fino empapado en miel y licor y relleno de fruta seca, o el lokum – de origen turco en realidad – que es un dulce con consistencia gelatinosa muy apreciado y a menudo vendido por la calle, especialmente en Vlorë. Se trata de cubitos de frutas o de calabaza confitados y cubiertos con azúcar en polvo aromatizados con vainilla.



Recopilatorio reposteras por Europa. Abril 2017.Albania 










Kurabie

















































Por último, mi propuesta:














Hasta aquí llego nuestro viaje por Albania, gracias a todos los participantes por acompañarme, un mes más.
¡¡Nos vemos en el próximo reto!!






martes, 18 de abril de 2017

Byrek o Borek (Mi versioón dulce)

 

Buenos días a todos y en especial a mis reposteras viajeras, que me acompañan un mes más en estos viajes imaginarios. Donde aprendemos nos divertimos y nos conocemos un poco más cada mes.

 
Reto que fue creado por Pili de Tothom a la cuina, y que ahora soy la encargada de dirigirlo. 


La encargada de organizar este viaje y elegir destino para este mes...,
Rosi Díaz del blog Mi mundo Pincake. ¡¡¡Destino Albania!!!



Había tantas recetas por probar que me gustaban, y a la final decide que haría esta receta que le tenía echado el ojo hace ya mucho tiempo, pero en versión dulce.



Eche un vistazo a la nevera, y vi que tenía todo lo necesario así sin más y sin pensarlo me puse manos a la masa y salió esta deliciosa receta.

En un principio pensaba hacer un rosco grande, pero...  la pasta filo se seca muy rápidamente, y el tener todas las hojas extendidas en línea recta era complicado por el espacio, ese día tenía la cocina a toda marcha. Así que hice varias porciones y desiguales para formar una sola. Y creo que quedo bastante bonito.




Pero lo mejor es lo bueno que esta, es un vicio, la tomamos en el desayuno de un domingo y desapareció en unas horas, porque aquello era una tentación se deja comer solo. Y claro después vienen los remordimientos.


La he rellenado con mascarpone y fresas naturales picadas, aunque podéis añadir la fruta que más os guste o frutos secos. También pensé en preparar crema de naranja, para mezclar con las fresas. Pero decidí dar uso al mascarpone para ir haciendo hueco en la nevera.



Byrek o Borek 
(Mi versión dulce)


Ingredientes:

1 paquete de pasta Yufka (Yo pasta filo)
225 g de queso mascarpone
125 g de fresas picadas (O frambuesas)
3 o 4 cucharadas soperas de azúcar (El mío casero aromatizado con vainilla)
Mantequilla derretida.
1 Huevo batido
Sésamo para decorar (Opcional)
Azúcar glas para decorar.

Elaboración:

Comenzamos poniendo el queso junto con el azúcar glas avainillado en un bol y batimos hasta integrarlo y tener una crema.

Le añadimos las fresas picadas en pequeños dados.
Mezclamos solo lo justo para integrar y repartir la fruta.

Ponemos la mezcla en una manga pastelera y dejamos en la nevera por una hora hasta que coja consistencia.

Una vez el relleno esté listo comenzamos a extender las láminas de pasta filo. De una en una y tapando bien las restantes para que no se sequen.
Pintamos con mantequilla derretida, ponemos el relleno a lo largo formando un cordón.


Enrollamos y hacemos un caracol, rápidamente para que no se seque, si vemos que se reseca pincelamos con la mantequilla derretida.
Colocamos en un molde para horno forrado con papel vegetal o engrasado.


Así con el resto de las hojas.

 
Horno 180º  precalentado. 

Pintamos con huevo batido o con mantequilla fundida.

Si queremos poner  las semillas de sésamo, sera el momento. (Yo no lo puse) 
Horneamos por unos 45 minutos, 0 hasta que esté bien dorado.

Sacamos dejamos perder calor, des moldamos.


Ponemos azúcar glas por encima, con la ayuda de un colador y.... ¡A disfrutarlo!


Se puede tomar tanto en templado, acompañado de helado o en frío.
Es muy crujiente y agradable al paladar la combinación de texturas.
Se debe comer en el día, o en 24 horas. Después la masa se humedece y pierde ese crujiente tan delicioso, aunque de igual manera está muy rico.





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¡¡Hasta pronto!!