Preparar pan es algo
que engancha, si aún no habéis caído en la tentación, hoy vengo a poneros los
dientes largos, y a tentaros.
Este es un pan,
delicioso y fácil de preparar, no se necesita más que ponerle ganas, ilusión.
Esta receta surgió así,
sin esperarlo. (Son las recetas, con las que más disfruto) Encontré un paquete
de semillas bio, un mix para ensaladas, (eso ponía jejeje, pero yo le di otro usoJ) estaba compuesto de
semillas de girasol calabaza y piñones.
Se me encendió la
luz, y pensé en darle utilidad, antes de que se quedara olvidado, y al final
pasara la fecha de consumo.
Algo sencillo sin
complicaciones. ¿Y que hay más sencillo y rico, que un pan?
Sé que estaréis pensando…
“SENCILLO” Pues sí, sencillo porque apenas tenéis que utilizar ingredientes, y
tampoco necesitáis ser expertos en amasados.
Solo hace falta,
ganas, paciencia, dejarse llevar y disfrutar con estas elaboraciones. Lo que
ahora os parece complicado, dejara de serlo cuando saquéis del horno vuestros
panes. Y así, sin más poco apoco, querréis ir probando y complicando el
proceso.
Y lo mejor será, cuando
veáis las sonrisas que se dibujan en los vuestros al probarlo. Y te digan… ¿Esto,
lo has hecho tú?
Y tú piensas… Por
supuesto que sí. Y tu cabeza empezara a pensar en la próxima receta. Porque esa
sensación es única, esa satisfacción es lo más grande. A demás de la
tranquilidad, de estar dándoles, un alimento natural. La base de una buena
alimentación. “ El Pan”
De este modo,
empezareis a valorar y a saber lo que es un buen pan, y a comprender porque un
buen pan, no es económico.
A veces, no pensamos
en lo que hay detrás de esta profesión. Y os aseguro que hay verdaderos profesionales,
que cada mañana, nos ofrecen más que un pan. Nos ofrecen su experiencia, su tesón…
En fin, no voy a
extenderme más con mis pensamientos, porque quiero que lo experimentéis y disfrutéis
con la experiencia.
Y cuando viajéis y veáis
un obrador, entrar y comprar pan, sin pensar si es caro. Os aseguro que merece
la pena disfrutarlo, porque en él está la historia, la evolución, la vida de
ese lugar.
Este pan es ideal,
para consumirlo en rebanadas, es casi un pan de molde. Porque el pan de molde
que suelo haces es más ligero, y normalmente esta enriquecido.
El resultado en un
pan húmedo, esponjoso y consistente, de esos que una buena rebanada, te dan la energía
para toda la mañana.
Utilice miel de
lavanda, que hace un par de meses compre en una de mis salidas, a un apicultor.
Esta miel, era una de las que en casa teníamos, cuando yo era pequeña. (Mi
padre era apicultor por hobby, ahora entiendo, lo que antes no) Su sabor, me
trajo buenos recuerdos. La miel le aporta al pan, humedad y esponjosidad. Además
de todas sus propiedades. ¡Que son muchas!
Este pan. Se puedo tomar con dulce o con
salado, según te guste más. Una vez frio puedes conservar en una bolsa de plástico,
para evitar que se seque y pierda la humedad. También puedes congelar rebanadas,
para tener siempre un buen pan a mano.
Por todo esto y
mucho más… ¡¡Hoy preparamos pan!!
Pan de semillas y miel
Ingredientes:
400 gr de harina
para hacer pan, o harina de fuerza.
25 gr de miel (dos
buenas cucharadas)
15 gr de levadura
fresca o 5 gr de levadura seca.
40 gr de AOVE
(aceite de oliva virgen extra)
250 gr de agua
filtrada o mineral
8 gr de sal común
80 gr de semillas
bio
8 gr de vinagre de
manzana
Elaboración:
Templamos parte del
agua en el microondas (100 gr aprox)
En el agua
disolvemos la levadura, le añadimos la miel y el aceite de oliva, mezclamos
bien y dejamos por unos minutos. Así comprobamos que la levadura está en buen
estado, se activará y formara una espuma en la superficie.
En el bol de la
amasadora, ponemos la harina, junto con la sal, hacemos un hueco en medio y le
añadimos la levadura, comenzamos a mezclar para que la harina, se valla
humedeciendo. Le vamos añadiendo el resto del agua según lo necesite. Puede que
nos sobre un poco del agua o puede que necesite un par de cucharadas más. (Dependerá
del tipo de harina, y de la humedad de vuestra ciudad)
Una vez tengamos una
masa, que aun estará pegajosa, dejamos que se sigua amasando a velocidad media.
Ponemos a las
semillas, el vinagre y mezclamos bien para que se humedezcan.
Añadimos las
semillas, a la masa y dejamos que se incorporen.
Cuando la masa se
desprenda de las paredes, estará lista para su primer reposo.
Engrasamos un bol
con aceite, y ponemos nuestra bola de masa, en el. Dejamos levar por una hora,
en un lugar cálido y sin corrientes, tapado con un paño o papel film. Hasta que
la masa, haya doblado su volumen.
Volcamos en la mesa,
des gasificamos y extendemos en forma de rectángulo. Intentando que quede de la
misma medida del molde, donde vallamos a hornear nuestro pan.
Enrollamos con
cuidado y sellamos los bordes. Colocamos la pieza en el molde que habremos
engrasado con aceite.
Volvemos a dejar
levar, el tiempo necesario para que la masa tome forma.
Una vez haya doblado
al menos su volumen, llevaremos al horno precalentado a 200º.
Al meterlo al horno,
bajaremos la temperatura a 180º por 30
minutos.
En la parte baja del
horno, pondremos una fuente con un vaso de agua, para que el pan conserve su
humedad.
Una vez frio, estará
listo para disfrutarlo.
¡¡Buen provecho!!
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