miércoles, 30 de noviembre de 2016

Naranjas confitadas.





La naranja confitada es muy utilizada en los dulces y en la repostería, en épocas Navideñas.
Su finalidad es remplazar el agua que contienen las frutas por azúcar, que es un excelente conservante.
Una fruta confitada o escarchada puede durar mucho tiempo.



Por estas fechas suelo confitar naranjas que utilizare en los dulces navideños, voy preparando en cantidades pequeñas.  Su elaboración es más fácil de lo que puede parecer.
Y el resultado es muy bueno.

A mí las frutas escarchadas que venden, no me gustan tienen un regusto a un sabor que no acaba de gustarme.
Claro que no son todas, hay algunas de elevado precio, que su calidad es buenísima.


Lo importante es elegir una fruta de primera calidad. Y una elaboración lenta.


Las naranjas que voy a preparar hoy... va a ser de manera rápida, pero como voy a consumirlas en apenas unos días, el acabado que obtengo es óptimo para el uso que voy a darles.

Lo primero que tenemos que hacer es lavar muy bien las naranjas.
Cortamos en rodajas, a mí me gustan finas, pero eso va a gustos.
Ponemos una cacerola al fuego con agua, cuando rompa a hervir le ponemos las rodajas de naranja por 5 minutos. Lo que sería un  escaldado.

Pasados los 5 m sacamos las naranjas, tiramos el agua de la cocción.


Ponemos de nuevo la cacerola con agua limpia al fuego, cuando rompa ha hervir volvemos aponer las naranjas por otros 5 minutos. 

Sacamos las naranjas y tiramos el gua de la cocción.

Si las rodajas son gordas podéis hacerlo una tercera vez, con cuidado de que no se rompan.

Con esto lo que haremos será eliminar el amargor de la cascara de la naranja y facilitaremos la adsorción del azúcar en la fruta.
Escurrimos las naranjas y pesamos.

El peso que nos dé lo pondremos en la misma cantidad en agua y azúcar en una cacerola para preparar un almíbar.

Cuando el azúcar se haya disuelto, pondremos las naranjas en él y dejaremos a fuego lento por unos 45 m aproximadamente hasta que casi se haya disuelto por completo el almíbar y solo queden las naranjas. 

Con cuidado de que no se quemen y formen un caramelo,
Sacamos las naranjas y estebemos sobre un papel de horno para que se enfríen, cuidado que el almíbar caliente quema mucho.



Una vez frías podemos guardarlas en un recipiente y conservar en la nevera hasta el momento de utilizarlas.
 

Y también podemos escarcharlas o cristalizarlas.

Lo que he hecho es ponerles azúcar glas avainillado casero, del que yo preparo por encima, le he ido dando vueltas con cuidado y poniéndole más azúcar por las dos caras, hasta saturarlo. Lo he dejado secar, sobre una rejilla.

Después, lo he guardado en un recipiente cerrado y las he conservado en la nevera.


 Podéis seguirme en:
¡¡Hasta pronto!!


No hay comentarios:

Publicar un comentario