Hay muchas maneras de preparar unos fingers , hoy os traigo una de las muchas, que preparo yo en casa, de ahí el nombre del título by Isabel.
Ya sabéis, los que me
seguís y leéis mis entradas que suelo
transformar las recetas y así hacerlas mías. No es por cambiarlas, ni mucho menos. Es que
me gusta adaptarlas a los gustos de los míos, a demás ponerle mi pequeño toque personal.
En casa cuando
quieren que les prepare algún plato, me lo piden pero le añaden el
by Isabel porque quieren que se lo prepare con ese toque diferente mio, que a ellos
tanto les gusta. A mí, me encanta
ver como lo disfrutan.
Hoy os voy a contar
una de las maneras que tengo de preparar los fingers en casa, porque los
preparo de varias formas diferentes.
Con este adobo, podéis
también preparar filetes de pollo empanados, quedan muy jugosos y tiernos y sin
necesidad de utilizar huevo.
A demás no llevan
gluten por lo que es un alimento apto para celiacos.
Si os animáis
aprobarlos, sé que os van a gustar tanto como en mi casa, vuestros rebozados serán
diferentes a partir de ahora.
Vamos con la receta:
Fingers de pollo crujientes by Isabel
(sin huevo, sin
gluten)
Ingredientes:
2 Pechugas de pollo
2 dientes de ajo
grandes
Perejil fresco
Harina de Garbanzos
Leche
Una bolsa pequeña de
Kiko al curry
Sal y AOVE
Elaboración:
Comenzamos limpiando
las pechugas y partiéndolas en tiras finas no muy gruesas. Las ponemos sal.
Pelamos y troceamos
los dientes de ajos en lonchas , picamos el perejil.
En un cuenco o
fuente ponemos las pechugas troceadas y las cubrimos con leche. Le añadimos el
ajo y el perejil picado.
Mezclamos bien y dejamos macerar en la nevera por al menos dos horas. Podemos dejarlo preparado desde el día anterior.
Mezclamos bien y dejamos macerar en la nevera por al menos dos horas. Podemos dejarlo preparado desde el día anterior.
Trituramos los kikos
hasta dejarlos los más finos posibles.
Sacamos las tiras del pollo del adobo y rebozamos en nuestra harina.
En una sartén
ponemos el AOVE y cuando este bien caliente, freímos las tras rebozadas.
Una vez bien dorados por las dos caras, sacamos y ponemos
sobre papel de cocina, para retirar el exceso de grasa.
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